sábado, 30 de abril de 2011

Shameful.


DECEPCIONANTE, es uno de los adjetivos con los que resumiría todo lo relativo al “concierto” de Descendents en Londres, el pasado lunes 25 de Abril.

Supongo que todos los que viajamos a Londres con motivo principal de un evento de tal calibre, estaremos de acuerdo en calificarlo como un desastre. Al principio, pensé que debía haber algún tipo de problema de nitidez en el sonido, pero descarté esa hipótesis cuando escuché a Milo hablar, momento en el cual me entraron ganas de llorar (y no precisamente de emoción). Íbamos con la ilusión de ver un directazo de un grupo tan sumamente influyente, y nos encontramos con un concierto en el que cantó todo el mundo exceptuando prácticamente el propio Milo, quien lo intentó pero no lo lograba de ningún modo. Además del apoyo vocal del resto de los integrantes del grupo, salieron a cantar Melvin de NOFX, dos de los Dead to Me, el técnico de sonido y un tipo rubio que aún no he logrado saber quién era. Aún así, los que fuimos a este concierto aún tuvimos suerte de poder ver cantar a Milo 5 canciones aproximadamente, ya que el show del martes fue cancelado justo el mismo día (una auténtica pena para la gente que viajó por asistir a dicho concierto). Una falta de previsión y organización tremenda, una vergüenza, y ya no por parte del grupo, si no por parte de quien haya gestionado la organización de estos dos conciertos.

Pasados unos días de dicho hito, hemos podido leer a través de la web un comunicado de la propia banda lamentando lo ocurrido, a la par que comentando sus planes de realizar un free show en Londres, para así compensar a todos los fans que esperaban ver un auténtico show. TODO SE VERÁ.

Ahora sólo queda recordar los buenos momentos vividos en Londres, además de los grandes y entretenidos directos de Dead to Me y Teenage Bottlerocket (ambos grupos superaron con creces a quienes teloneaban), al igual que los de Two Cow Garage y Crazy Arms.

sábado, 9 de abril de 2011

Dentro de seis meses.

Cuando vaya a Gainesville, haré una parada obligatoria (algunos ya imaginaréis la razón) en este lugar, en el que se deben consumir nachos sí o sí: BOCA FIESTA.



Planeando hacer algo grande.